PLAYA GRANADA ACOGIO EL VII FESTIFAL AERONAUTICO

Looping, giro con alas, paradas en el aire, picados, rizos, túnel hacia abajo, caídas de alas... El público motrileño ya está familiarizado con esta terminología relacionada con la aeronáutica. La afición que existe en la localidad costera ha hecho que algo que empezó de manera modesta se haya convertido en un gran espectáculo que engancha cada año a miles de seguidores. El Festival Aéreo Ciudad de Motril, organizado por la Asociación Aeronáutica Orion y patrocinado por Granada Hoy, en su séptima edición logró batir récords de participación. Unas 20.000 personas, según la organización, disfrutaron de un espectáculo que duró más de tres horas y que hizo las delicias de un público venido de varios puntos de la geografía española para presenciar el evento. No en vano se trata de uno de los cinco que se celebra en el país.

Con puntualidad británica inició este airshow con la exhibición de un avión rally que portaba a remolque una bandera española de grandes dimensiones. A continuación, le siguieron seis paramotores, tres de ellos normales y otros tres de espectáculo acrobático. Los Hermanos Malagueta revolucionaron a los bañistas cuando descendieron hasta la arena y algunos de los presentes quisieron fotografiarse con ellos.

La piloto Mercé Martí, que repitió un año más como speaker, anunció a continuación la participación de un autogiro procedente de Getafe, cuya exhibición fue una de las novedades de esta edición. La catalana describía de manera muy gráfica que la playa motrileña se había convertido en un "carrusel imparable de aviones".

Acto seguido, se intercalaron ultraligeros y aviones acrobáticos. Entre ellos, destacó el Yak-52, un avión ruso de entrenamiento militar de Salva Ballesta, que demostró la misma habilidad con el avión que en los campos de primera división con el balón.

Se acercaba uno de los platos fuertes del espectáculo aéreo: La patrulla acrobática militar del Ejército del Aire de Francia, los Cartouche Doré, que eligieron Motril para actuar por primera vez en España.

Otro de los que más expectación levantó fue Vicente Barberá, con su llamativo Pitts S2B. El piloto acrobático granadino ya participó en el quinto festival, pero no el año pasado debido a problemas técnicos, por lo que ayer consiguió sacarse la espinita.

Los helicópteros, que suelen actuar al final, también eran muy esperados, entre otras razones, por la oportunidad de admirarlos de cerca. Este año también participó la empresa Tropicopter, que comercializa vuelos desde el Puerto de Motril.

Finalizó el evento con un simulacro de una espectacular persecución de un helicóptero de vigilancia aduanera a una neumática rápida.

Como curiosidad, mientras que estaba actuando la patrulla gala, apareció el helicóptero de la Guardia Civil BO-105 más tarde de lo previsto. El motivo era que había participado en un rescate en Gualchos-Castell de Ferro. Este último tomó tierra en el parking situado junto a la residencia Astrida, para que los más curiosos pudiesen ver y fotografiarse en su interior. Los más pequeños fueron los que más disfrutaron de dicha actividad.

Ellos también fueron los destinatarios de algunos objetos de promoción de la Armada. Los niños se llevaron a casa póster y recortables, como recuerdo de un día emocionante.

José Miguel Pérez Juárez, presidente de la Asociación Orión, se mostró muy satisfecho por la respuesta del público, que una vez más se volcó con este evento. Los pilotos le confirmaron que este año habían notado la presencia de mucho más público que en años anteriores. También agradeció el apoyo institucional, en especial, a las autoridades francesas, por haber permitido participar a su patrulla acrobática.

La alcaldesa de Motril en funciones, Luisa María García Chamorro, comentó que el día había acompañado en lo climatológico y destacó la importancia turística de que Motril albergue un evento de estas características. También agradeció a la organización el regalo que supone para la ciudad, ya que adquiere en un día como éste promoción a nivel nacional. De ahí que "desde la Diputación y el Ayuntamiento vamos a apostar a muerte" por el festival, según afirmó.

La alta presencia de los cuerpos y fuerzas de seguridad locales, así como la Policía Nacional, Guardia Civil, Salvamento Marítimo y Vigilancia Aduanera hicieron además que ayer Motril fuera la ciudad más segura en muchos kilómetros a la redonda.

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